El origen del futbolín.

El futbolín lo inventó un gallego, Alexandre de Fisterra, herido durante la Guerra Civil, vio a muchos niños heridos como él en el hospital, incapaces de jugar al fútbol, pensó en la idea, inspirándose en el tenis de mesa. Francisco Javier Altuna, un carpintero vasco amigo suyo es quien se encarga de la fabricación del primer futbolín según las instrucciones de Fisterra.
Aunque la invención fue patentada en 1937, Fisterra tubo que exiliarse a Francia a causa de la victoria franquista en la guerra, perdiendo los papeles de la patente.
Después de exiliarse en América del Sur, introdujo algunos cambios como las barras de acero, y divulgó el juego por el continente.
El juego se expandió rápidamente por la Península Ibérica en la década de los 60. Cuando Fisterra volvió, el juego se había expandido ampliamente, a pesar de que gran parte de esta divulgación se debiera al hecho de que los fabricantes valencianos asumieran el juego como nacional.
A mi personalmente, me encanta, darle la enhorabuena a Alexandre de Fisterra allá donde esté, pues más original no pudo ser.